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Teatro Infantil Nacional

Entrevistas

Juan Carlos Azuaje

Juan Carlos Azuaje

“Mi Mayor aprendizaje fue conocer las potencialidades del trabajo en equipo”

Encontrarse con esos ojos que hablan por sí solos, que seducen con su mezcla de inocencia, sueños y seriedad, a veces desconcierta. Pero mucho de los hombres de teatro, y sobre todo aquellos quienes han estado unidos al teatro infantil, muestran un rasgo de esa nitidez del alma que es la expresión de los ojos.

En este caso, los ojos de Juan Carlos Azuaje fueron los que me recibieron, aunque escondidos detrás de unos anteojos, para conversar sobre la experiencia vivida como presidente de la Asociación Teatro Infantil Nacional (TIN).
Azuaje comenzó diciendo que era la segunda vez que presidía el TIN, pero en distintos períodos; además señaló que es miembro fundador más joven de un grupo de personas que se unieron para consolidar una institución que agrupara al sector del teatro infantil venezolano.
Hoy día lo han logrado. “A través de la administración y la solución a los problemas internos y externos de sus integrantes, el TIN  ha logrado penetrar en el sector teatral nacional, fortalecer un piso que por ejemplo, no existe en el teatro para adultos” afirmó Azuaje.
“Hace 15 años el TIN surgió motivado a la ausencia de espacios  de territorios donde el teatro infantil de Venezuela pudiera apoyarse. Actualmente, el FesTIN y el Premio TIN son dos eventos que tienen identidad propia y que son conocidos en todo el país. También existen otras actividades que tienen un carácter formativo e informativo, que cada gestión realiza con sello personal, pero siempre proyectándolas hacia un desarrollo continuo”. Esto último es lo que Azuaje considera su mejor experiencia, porque lo más importante es darle continuidad a la premisa que los unió, siendo asertivos con la misión del TIN y no permitir que los intereses individuales estén por encima de los grupales.
¿Piensa que le faltó algo por hacer en el TIN?
Probablemente, sin embargo, alcancé a realizar varias cosas. Desde que aparecieron, tuve la oportunidad de organizar la mayoría de los festivales del TIN, coordiné diversos talleres de formación, le di vida al periódico el TINtero y terminé en su fase final el proyecto DramaTINta, el cual por el mismo problema de los recursos espera por la disponibilidad económica para llevar a cabo la producción del tiraje. Eso en lo que respecta a los proyectos, pero por otra parte, creo que se logró bastante y estamos viviendo una nueva etapa del TIN, dando apertura a otras agrupaciones de teatro y generando mayor participación.
¿Alguna anécdota como presidente del TIN?
Anécdota…sí. En los últimos tres años el FesTIN se ha realizado en medio de una contingencia nacional. El festival ha pasado por dificultades políticas, elecciones, problemas naturales, lo que resulta un evento lleno de imprevistos, pero que siempre sale adelante gracias al trabajo en equipo.
¿Cómo lo enriquece esta experiencia desde el punto de vista teatral y personal?
En que cada día la gerencia cultural te enseña, porque está llena de críticas y de dificultades para llegar el consenso de opiniones diferentes. Por ejemplo, mi salida de la presidencia del TIN no ha sido de la mejor manera, pues parece que tengo un estilo que molesta a mis compañeros de asamblea, pero que indudablemente funciona a la hora de evaluar la gerencia artística y administrativa de la Institución.
Al principio, la gerencia la empezamos a practicar al borde el abismo, porque había que trazar bien las metas en un papel de trabajo en equipo.
¿Qué es lo más difícil de asumir el puesto de presidente del TIN?
La parte más difícil está por hacerse y es abordar todos los elementos de promoción y difusión de la actividad para darle continuidad. Muchos de los programas del TIN  se sienten pero no se ven, porque pueden aparecer y desaparecer, según la disponibilidad de la inversión.
¿Actualmente son sus proyectos como hombre de teatro?
Estoy con mi grupo TEATRELA, retomando la actividad como director teatral, y en el medio del camino el CONAC me ofreció la oportunidad de coordinar algunos proyectos de orden nacional.
Ahora cierro la libreta y la entrevista concluye, esos anteojos desaparecen y vuelvo a encontrarme con la luz y la particular expresión de los ojos de Juan Carlos Azuaje, un hombre que siente y se apasiona por el teatro venezolano.
Tintero Septiembre 2005
Madelem Simo

 

 

Gladys Pacheco “Manos Ingeniosas que transforman ilusiones”

Gladys Pacheco “Manos Ingeniosas que transforman ilusiones” Mayelit Valero

Al hablar de trajes que han recorrido escena nacional con sus diversos colores, detalles y aplicaciones, hay que nombrar a la reconocida actriz y realizadora de vestuarios Gladys Pacheco, quien con sus manos ingeniosas, cargadas de emoción, se adueña de las telas, los adornos y los botones. Para más tarde ofrecer al público un resultado impecable, trajes que harán juego con el resto de la historia, los cuales quedarán grabados en las mentes de los espectadores por mucho tiempo.

Sus trajes son almas que se unen por hilos, aunque no pronuncien palabra alguna, al verlos levantados sobre la caja negra del teatro pueden llegar a decir más de mil parlamentos, son el complemento perfecto para que cada personaje se muestre de la mejor manera ante los seguidores del teatro.

Para no olvidar…

¿Cuantos años tiene trabajando para el teatro infantil?

Ya son 48 años. Comencé en el Retablo de las Maravillas en el año 57, con el grupo “El Guiñol del Guacharo” realizando funciones como actriz a nivel nacional, más un programa en canal cinco llamado Bimbolandia.

¿Cómo comenzó en el teatro y en la confección de vestuario?

En el año 75 por intermedio de el diseñador y actor Elías Martinello y la realizadora de vestuarios Amanda Briceño. Luego con la diseñadora y profesora Rocío Rovira. Realicé el primer vestuario para la obra La Casa de Bernarda Alba, dirigida por Ibraim Guerra.

¿Qué sentimientos la abordan a la hora de confeccionar un traje?

Una gran emoción, en muchas ocasiones llego a enamorarme de algunos trajes. Me gustan los trajes de fantasía y de época. Los retos también me emocionan, siempre he pensado que los trajes deben servir a la escena, si después de realizar un hermoso traje este se tiene que romper, pintar y rasgar a favor de la obra, me siento tranquila, más no, cunado el deterioro es por descuido de los actores.

¿Qué es lo que más le emociona en trabajar para niños?

La pureza y la sencillez de este público. La emoción de poder llegar a su mundo, ver en sus caras el asombro y la satisfacción de un trabajo teatral bien realizado

¿Cómo cuantos trajes ha realizado?

Uff…… Eso puede ser incontable, no tengo ni la más mínima idea, nunca he llevado la cuenta. Por ejemplo, he realizado para la ópera 200 trajes para una sola pieza, he hecho trajes para ballet, obras de teatro para adultos, cine y teatro para niños.

¿Cuál  es el que más recuerda?

Los trajes de Arlequín Servidor de dos Patrones, para el Nuevo Grupo, con los diseños de Elías Martinello

¿Qué es más difícil de trabajar para el teatro de niños?

No es que sea difícil, tampoco fácil, a mi manera de ver, lo importante es hacer equipo, pensar en el niño, y como hacer llegar mensajes positivos a él  a través del arte, trabajar mucho con esfuerzo e imaginación.

¿Qué es lo más grato de su trabajo?

Ver que un dibujo, algo plasmado en un papel, llega  a tener los resultados esperados.

Es así como sus retos no terminan nunca, su imaginación sigue viva en cada uno de sus trajes. Confecciones que deambulan por los escenarios y hablan por si solas, son sus cierres, sus botones y sus adornos sus mayores caricias. Son sus obras maestras hechas con motivación, que adheridos a los cuerpos de los actores adquieren vida.

Entrevista de la revista Tintero Septiembre 2005